Un abismo, un tornado, un agujero negro.

Puedo decir que me afecta más de lo que me importa.... pero, sería contradictorio, ya que si no me importara, tampoco me dolería. Esta heterogeneidad de sentimientos me han alejado de la felicidad hace tiempo.
Hacen que mi desayuno se llame melancolía y que mi nueva dirección sea el abismo.
Mi mundo se rompió en mil pedacitos, dejando entre ellos mi alegría.

Todavía no entiendo en que momento comenzó éste tornado. Uno que ha ido arrasado con mi vida, que se la ha llevado toda, incluso mis ganas de vivirla. Que pienso que el suicidio es una estupidez para cobardes, pero igual no me siento muy valiente cuando mi mayor deseo es la muerte, tampoco me siento valiente cuando escucho ruidos en la casa, y corro a buscar a un ladrón, ya que solo busco que me maten.

Lo que conviene viene, no lucho contra el destino.
Solo lo llamo a gritos...
lo anhelo en mi cabeza...
lo imploro en mis sueños.
Y sino, suplico que se calme la tormenta...
que salga el sol...
que todo se termine.