Jorge Luis Borges:
"De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo. Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria."
Billy Wilder:
"La televisión no ha podido acabar con el cine porque la gente quiere estar allí, quieren ser los primeros, quieren oír las risas de otras personas."
Théophile Gautier:
"Una de las glorias de la civilización sería el haber mejorado la suerte de los animales."
John Lennon:
"Algunos están dispuestos a cualquier cosa, menos a vivir aquí y ahora."
Woody Allen:
"El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores."
Menandro de Atenas:
"No es vergonzoso nacer pobre, lo es el llegar a serlo por acciones torpes."
Adolf Hitler:
"Sólo se combate por lo que se ama; solo se ama lo que se estima, y para estimar es necesario al menos conocer."
Gustavo Adolfo Bécquer:
"El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada."
Marilyn Monroe:
"Era consciente de que pertenecía al público, pero no por mi físico o por mi belleza, sino porque nunca antes había pertenecido a nadie."
30 junio, 2013
Yo soy la voz.
27 junio, 2013
Verónica.
25 junio, 2013
¡Clic!
24 junio, 2013
Celos.
23 junio, 2013
Te quiero, pero de una forma extraña.
Podemos compartir un café o mi habitación. Te invito una cena y luego te dejo mis sueños de postre. Podemos intentarlo o podemos pasar por desapercibido. Ante todo dejando un atardecer de souvenir para recordar el día que pudo ser y resumir una vida.
No quería quererte como te quiero. No quería sufrir tus silencios. No quería bombardear mi corazón con anhelos de tus besos. No quería buscar tu mirada en mis versos. Me viniste sonriendo, me viniste seduciendo... te quiero. Que no mientan tus palabras que tus ojos no mintieron. Que sé que tú me quieres igual, pero estás lejos de reconocer eso.
07 junio, 2013
Tinieblas.
Grandes árboles se extendían frente a sus ojos, las copas de los arboles frondosas, no permitían entrar la vital calidez de aquellos rayos de luz. El único morador de ese paraje era una gruesa penumbra de donde sólo, apenas, se logra resaltar los troncos viejos y desgastados, extendiéndose por el área un manto grueso de hojas. De apoco la angustia, el pánico, y un frío siniestro empezó apoderarse de él… ¡desesperación! Ante tal escenario, se le vino a la memoria flechazos de imágenes, de la cual resaltaba un traje y un sendero. Nada tenía sentido.
Sintió hambre, por lo que buscó entre sus pantalones. Sus bolsillos estaban vacíos, sólo un envoltorio de un dulce. Decidió revisar su chaqueta, era la de moda de esos momentos, la que todos los niños usaban, café con franjas rojas blanca y azules donde encontró una mitad de barra de chocolate y un papel arrugado. Aquel papel arrugado le dio miedo, como si algo le advirtiese, que no lo abriese, pero algo lo impulsó... una fuerza extraña, algo que lo manipulaba. Lo empezó a desdoblar con cierto temor.
Era un dibujo, un boceto de una bizarra figura huesudas, y de largas extremidades cubiertas por unas especie de pellejo seco, pero lo que más le inquieto al muchacho fue el rostro de aquel ser y sus ojos, entonces debajo de ese extraño ser había una palabra… "¡corre!". El muchacho se alarmó y empezó a caminar a la deriva, sin rumbo. Solo sentía algo, como una presencia que lo observaba y lo presentía. El terror se apodero aún más de él, de lo que un alma mortal pueda soportar.
Empezó a correr. Con cada pisada, hería sus pies descalzos, pequeños cortes y magulladuras empezaban aflorar por las ramas de los árboles, su rostro y sus manos sangraban al abrirse paso sobre aquella tupida vegetación, áspera y dura, el muchacho sentía como si la naturaleza jugara con él, como si la penumbra nublara sus ojos y los envolviera, como si estuviera divirtiéndose, como si lo disfrutara. El silencio hondo del bosque lo ahogaba, solo los grillos y búhos rasgaban aquella penumbra, rompían aquel sepultario silencio.
Atrás suyo crujieron unas hojas, giró, creyó a ver oído algo, solo vio oscuridad, hasta que pudo divisar un especie de silueta, oculta, dentro del espesor de los arboles. El muchacho palideció pues no sabía bien lo que veía, pero lo único que se le vino a su mente fue la palabra "corre" escrita en ese papel. Sé movió rápido, tan rápido como su pequeño cuerpo permitía, sus músculos, se extendía y contraían, se tensionaban con el movimiento rápido y bruscos de sus manos. Lágrimas brotaron de sus ojos, el cansancio se hizo sentir seguido de unas fuerzas inútiles que poco a poco lo abandonaban.
Poco a poco le iba quitando energía, le succionaba de a poco, ¡le bebía la vida! Miró de nuevo hacia aquella silueta, no estaba, pensó que tal vez hubiera sido su imaginación así que intentó calmarse y descansar un poco. De pronto, se paralizó.
Un frío le recorrió desde sus pies a la cabeza, le entró miedo, ese miedo cuando sabes que vas a morir... ese terror, ese pavor que te hace tiritar y te hiela la piel y la sangre, hasta el tuétano de los huesos, como si miles de agujas se enterraran en tu carne. Quiso correr, pero las fuerzas le fallaron, sus piernas se doblaron, empezó a caer mientras una silueta alargada, una sombra proveniente de los más oscuros sueños, se iba acercando y lo iba cubriendo. Sus ojos pesaban hasta que aquella sombra lo envolvió… Simplemente aquél día los habitantes del pueblo, no recuerdan una noche tan tranquila ni una luna tan grande como esa.
06 junio, 2013
Amar te cambia.
Aún así tu no haces caso y sigues intentando y sigues con esa tonta idea en tu cabeza, y sigues, y sigues, y sigues… Sufres, tu solita. Sabes que puedes sacarlo de tu mente si en serio lo quieres, el problema es que tu no quieres dejarlo ir. Tienes un poco de esperanza, a que algo va a cambiar y que va a ser lo mismo otra vez.
Pero dentro de todo ese sentimiento también tocas fondo y cuestionas todo lo que paso, “¿para qué me habló? Tal vez sólo quería mi amistad, fue para lucirse, ¿qué hice mal? Obviamente no iba funcionar, etc...” lo que sigue es una depresión enorme capaz de torturarte lo suficiente como para dejar que lo que sientes se pueda notar, ahora todos lo saben: está triste. Quieras o no, eso te cambia, tu personalidad se va escapando de tus manos poco a poco y eso es algo que no puedes controlar por el simple hecho de querer. Amar, duele y te cambia, pero más que todo hace que se vaya tu brillo, resulta más drástico con aquellos que tenemos muy poco.