13 septiembre, 2012

Arriesgado momento de muerte.

Entro en mi habitación y cierro la puerta con llave. Tomo mi bolígrafo y un pedazo de papel blanco. Mi mano tiembla y las lágrimas caen en mis piernas. “Para mi familia” escribo en la hoja, pero decido que es una mala manera de empezar mi carta... mi carta de suicidio. Arrugo la hoja y saco otro trozo de papel. Pruebo de nuevo. Una y otra vez no sé como comenzar. ¡Nadie me entiende! Nadie entiende lo que estoy pasando. Estoy sola... o al menos así pienso. A nadie le importa si estoy viva o muerta.

Cae la noche y me deslizo en la cama, "adiós" le susurro a la oscuridad.
Tomo mi última respiración y acabo con todo.

Es lunes, la mañana siguiente, inicio de semana. A las 9:00am mi mamá llama a mi puerta, no puedo oírla, ella no sabe que me he ido. Golpea otras veces con más fuerza, como no hay respuesta de mi parte abre la puerta y grita. Se desploma en mi habitación mientras mi padre corre a ver que sucede. Mi hermano ya se había  ido al trabajo. Mi mamá queda en shock por unos segundos y reúne toda la energía que le queda para caminar hacia mi cama y apoyarse en mi cuerpo muerto, llorando, apretando mi mano y gritando. Mi papá está tratando de mantenerse fuerte pero las lágrimas escapan de sus ojos. Llama al 911 con su mano izquierda mientras que con la otra está en la espalda de mi mamá.

Ella se culpa a sí misma. Todas esas veces que me dijo "no", todas esas veces en las que me gritó y me envió a mi habitación por alguna estupidez. Mi papá se culpa a sí mismo por no estar cuando le pedí ayuda, por solo mandarme y no comprenderme.

A las 11:30am golpean la puerta de mi salón, es la directora. Luce más preocupada que nunca. Llama a la profesora a un costado. Todos mis compañeros de estudio están preocupados. La directora les cuenta sobre mi suicidio. La chica popular que siempre me llamó fea ahora se está culpando a si misma. El chico que siempre me copiaba la tarea pero me trataba como mierda está culpándose a si mismo. El chico que se sentaba detrás de mi, el que siempre me fastidiaba tocando mis rulos, está culpándose a si mismo. La profesora se culpa a si misma por todas esas veces que me gritó por olvidarme de hacer la tarea o no escuchar en clase. Las personas están llorando, gritando... arrepentidos por lo que hicieron. Todos están devastados, incluso los chicos con los que nunca hablé antes.

Eran ya las 4:45pm y mi hermano no llega a casa. Mi mamá tiene que decirles que te fuiste, para siempre. Caía la noche, 7:30pm por fin llega a casa, el chico que nunca llora, mi hermano. Él está ahora en su cuarto, enojado con si mismo por mi muerte. Todas esas veces que me hizo bromas. Está golpeando la pared, tirando cosas, no sabe como lidiar con el hecho de que me fui para siempre.

Pasó un día. La puerta de mi habitación estuvo cerrada por esas 24 horas. Todo es diferente ahora. Mi padre tiene depresión, mi madre no duerme por las noches, “es todo su culpa”. Estuvo llorando y gritando cada noche deseando que volviese. No saben como lidiar el dolor que están sintiendo.

Miércoles por la tarde. Es mi funeral y me encuentro dentro de mi ataúd, donde está rodeado de grandes girasoles. ¡Mis flores preferidas! Es un velorio grande, todos vienen. Nadie sabe qué decir, todavía están en shock. La chica de hermosos rizos con la gran sonrisa se fue. Todos desean que yo vuelva pero no lo haré. Todos tienen sentimiento de culpa por haber reprimido muchas palabras que debieron decirme. Extrañan las veces en que siempre me preocupé más por ellos que por mí... añoran que esté a su lado para hacerlos reír como siempre hice. Todos lloran, todos me extrañan.

Pasó un mes. Mi madre finalmente decide limpiar mi habitación pero no puede. Se encerró ahí durante dos días para tratar recoger mi ropa, mis cosas. Pero no puede, no puede decirme adiós, no todavía, no ahora. Nunca. Los chicos que me odiaban me siguen llorando... al parecer, fui especial para ellos. Los que me querían de verdad se deprimieron, cambiaron su rumbo y llevan consigo una foto mía. Mis parejas anteriores que han seguido la vida sin extrañarme, síganlo haciendo. ¡Si mi presencia no les importó, mi ausencia no notará cambios en eso!

Pasó un año. Nadie se acuerda de mi a excepción de mi familia que me visita a mi tumba. De vez en cuando recibo flores de mis amigos, porque se les pasa por la mente mi ausencia.

Abro los ojos y veo que es solo una ilusión, un sueño. Siento mi rostro mojado de tantas lágrimas. Pensé de nuevo, tomé mi diario y escribí:

13 de Septiembre. 5.25pm
"Me he dado cuenta de que si la gente no demuestra lo que siente, no importa, al final puede que deploren algo por ti. Si me suicido hoy, detengo mi dolor, pero lastimo a todos los que me conocen por el resto de sus vidas. El suicidio es una manera fácil pero es la opción incorrecta. La vida es hermosa, pero en estos momentos solo es un lienzo en negro sin ninguna esperanza de color. Mi vida tiene momentos altos y bajos, ¡Tengo malos días! Pero debo de seguir adelante. A veces la gente pasa por momentos difíciles en sus vidas, como lo estoy haciendo ahora, pero los malos tiempos vienen y se van. Es posible que no vea la luz en mi vida, pero está ahí. No importa lo difícil que la vida se vuelva, prometo desde hoy no rendirme conmigo misma, o con mi vida. Esto lo escribo porque pensé en que... Si me suicido ¿qué sentirán y harán las personas que amo? Sencillo: lágrimas, lágrimas y más lágrimas. Devastación. Culpa. Dolor. Quebrados. Arrepentidos. Miserables."

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